Comparación de Tarifas Eléctricas

Todos los meses la misma historia: llega el  31 y millones de españoles nos enfrentamos al pago de nuestros servicios de luz, agua y gas. De este trinomio, es el primero el que siempre termina dándonos dolores de cabeza. En gran parte porque la electricidad presenta el gasto más variable de todos; y siempre está sujeta a un costo, que varía no tanto por cantidad de energía que usamos, sino por una serie de gastos fuera de nuestro control. ¡Pero tranquilos! Hay maneras de abaratar costos, y te las presentaremos a continuación:

En este guía:

Primero, un poco de contexto

En España, el mercado se divide en compañías dedicadas al transporte de electricidad y empresas dedicadas a la distribución. Hoy por hoy, Red Eléctrica es quien se encarga de establecer una red de transporte de energía, así como de la gestión, mantenimiento y eventual reparación de todas las infraestructuras de alta tensión.

El segundo tipo de empresa, las enfocadas en la distribución, se encargan de llevar energía eléctrica a los clientes particulares. Con estas los usuarios tenemos más contacto.

También contamos con empresas que a la vez producen y generan electricidad. Estamos hablando de las grandes marcas: Endesa, Iberdrola, Gas Natural Fenosa, etc. Se dedican principalmente a generar grandes volúmenes energéticos, generalmente mediante centrales nucleares, plantas eólicas, solares e hidroeléctricas. 

De varias de estas empresas dependen aquellas que comercializan (generalmente a menos escala) la electricidad que estos gigantes producen. Estas empresas compran energía eléctrica y la revenden a sus clientes o otros comercializadores. 

Entonces… ¿Qué opciones de contratación tienes?

Siempre y cuando tu consumo sea igual o menor a 10kW o menos, tienes tres modelos posibles:

El Precio Voluntario al Pequeño Consumidor (PVPC): es la opción más común. Se trata de una cuota regulada, en la que el precio final depende de las cifras que el mercado eléctrico imponga durante cada periodo de facturación. Es decir, estamos hablando de un precio final bastante inestable. 

Otro camino es optar por contratos de mercado libre, que ofrecen una serie de ofertas a un precio fijo por año que buscan eliminar la inestabilidad del PVPC. 

Por último, con la posibilidad de facturar la energía por horas, han surgido otras alternativas a precios fijos. Estas empresas ponen un precio estable a cada kilovatio/hora; y si bien pueden parecer bastante cómodas al comienzo, si no vas con cuidado los costos irán creciendo más allá de lo deseable. 

¿Y por qué en España el precio de la electricidad varía tanto?

Principalmente por el déficit de tarifa. Se trata de una deuda que los españoles venimos arrastrando desde hace años. Cuando los ingresos provenientes de los consumidores son menores a los gastos que estos generan en la red, se genera un déficit monetario que debe ser subsanado. 

Luego entran en juego los peajes, que son una de las maneras en que se busca subsanar este déficit. Por peajes entendemos gastos de mantenimiento y transportes necesarios para que la energía llegue a nuestros hogares. 

Tercero, el coste de la energía. Esto es sencillo, se trata del coste que los usuarios pagamos por kilovatio cada hora. Este coste se define en el contrato que el usuario firma con su empresa distribuidora. En caso de que te ciñas a una tarifa regulada, el precio de esta tarifa se calculará en base a  los precios del mercado mayorista durante los meses de facturación.

Por último la potencia contratada. Como su nombre indica, es la potencia eléctrica (expresada en kilovatios) que el cliente compra al mes. La cantidad contratada depende de las necesidades energéticas de cada hogar. La potencia contratada pone un tope en la cantidad de energía que podemos consumir. De estos cuatro elementos, este último es sobre el que más control podemos ejercer. En los últimos años, los precios de la potencia han ido en aumento, es decir los costos fijos han aumentado. Si reducimos algunos tramos en la potencia contratada podremos abaratar costos. Pero se debe estudiar cada caso con detalle, si no, corremos el riesgo de perder calidad en el servicio eléctrico. 

Para esto, haz un inventario de aparatos que están constantemente consumiendo energía. Luego, calcula la potencia necesaria para mantenerlos funcionando. Hablamos de frigoríficos, lavadoras, calefacción, lavavajillas y demás. Una vez calculada esta demanda, agrega algunos kilovatios para gastos variables y con el resultado total anotado, contacta a tu compañía distribuidora y solicita el cambio de potencia contratada. 

¿Qué otros métodos tienes para reducir gastos?

Algunos ahorran más, otros menos. Pero aquí te contamos cinco maneras sencillas que te asegurarán unos euros extra a fin de mes. 

1. Ahuyentar a la “energía vampiro”

A veces creemos que con solo apagar nuestros aparatos eléctricos basta para cortar su suministro de energía. Sin embargo, muchos electrodomésticos aún apagados siguen en funcionamiento, chupando electricidad hasta formar casi el 10% de nuestro consumo anual. ¡Estamos hablando de entre 60 y 100 euros! Se resuelve de manera sencilla: Desenchufa televisores, ordenadores, hornos microondas cuando no estén en uso.

2. Emplear los modos Eco 

Hoy por hoy, la mayoría de electrodomésticos vienen con una modalidad de bajo consumo. Acostumbráte a usarlos. Quizás tardes un poco más en hacer la colada o en cocinar ese pastel, pero estarás ahorrando hasta un 40% de energía. En caso que tus electrodomésticos no tengan modo de ahorro, considera renovarlos siempre que puedas. Es una inversión que a la larga se amortizará sola. 

3. Utilizar bombillas de bajo consumo 

La renovación más sencilla de todas es la que más dinero te ahorrará. A pesar de ser más caras que las bombillas tradicionales, los LEDS y las bombillas de bajo consumo duran mucho más consumiendo mucho menos. Renovar tus bombillas puede significar casi 200 euros ahorrados por año. Ah, y a riesgo de sonar como tu madre debemos decirte: ¡Apaga las luces cuando dejes la habitación! 

4. Moderar el uso de nuestros aparatos

Las cocinas eléctricas, muy comunes en España, son cómodas y más seguras. Pero hay que saber usarlas inteligentemente. Por ejemplo, utilizando recipientes del tamaño adecuado a cada vitro para así no desperdiciar calor. En invierno, los gastos se disparan pues todo el mundo enciende sus radiadores. Hay pocos aparatos que sean más gastadores de energía. Considera usar medios alternativos, o solo encenderlos cuando sea realmente necesario. Los radiadores más modernos vienen con timers que puedes usar para limitar su uso.

5. Comparar precios. 

De la misma manera que lo haces en el supermercado, considera comparar tarifas hasta encontrar la que se acomode más a tus requerimientos. Hoy por hoy, el mercado ofrece muchas alternativas al típico contrato PVPC. Para eso, utiliza herramientas online como la que te ofrecemos. Con nuestro comparador online de tarifas eléctricas podrás ahorrar cientos de euros con tan solo un par de clicks.

¿A qué esperas? 

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